A veces te dan ganas de irte bien lejos, marcharte de esta porquería de ciudad. Solo por no encontrarte a la misma gente de siempre, solo ver sus caras te dan ganas de vomitar, sus nombres te causan nauseas.
Solo pides una cosa muy sencilla, que desaparezcan, olvidarte de que existen para así poder olvidar todo lo que te hace daño. Que los recuerdos sean cada vez más borrosos, que al final solo parezca un mal sueño, y poder creerte que nunca sucedió.
Pero todo parece ir en tu contra, siempre tienen que aparecer por algún lado, una conversación, una cafetería, una llamada. Todos los recuerdos vuelven como si hubieran pasado ese mismo día. Y nadie, absolutamente nadie, entiende lo que sucede a continuación. Sin ninguna causa aparente yo vuelvo a mi ser, a mi más profundo mundo, reviviendo mis amarguras e inventando algunas nuevas. Confundo la realidad y mi ánimo se amolda a lo que mi mente se imagina. Lo que de verdad sucede y lo que mi cerebro hace conmigo no concuerdan, por eso piensan que estoy loca. Por eso quiero que desaparezcáis de mi vida para siempre. Pero parece que siempre seguiréis ahí para estropearlo todo cuando mejor está mi vida. Con lo que me cuesta que algo vaya bien...
No hay comentarios:
Publicar un comentario